La rinoplastia cerrada es una de las cirugías más demandadas, ya sea por fines estéticos o funcionales. Cuando alguien se plantea someterse a este tipo de intervención son muchas las dudas que pueden surgir al respecto.
Cómo se realiza, cuánto tiempo dura la recuperación y si el proceso será doloroso, son las principales incógnitas. A lo largo de las siguientes líneas resolveremos algunas de ellas, focalizándonos especialmente en cómo realizamos el proceso en Clínica Freire.
¿Por qué rinoplastia cerrada?
Una intervención de nariz de puede llevar a cabo de diferentes formas: con una cirugía en abierto, sin necesidad de abrir, mediante la técnica clásica del cincel o utilizando una herramienta de ultrasonidos.
La experiencia en este tipo de cirugía, habiendo probado los diferentes métodos, nos hace partidarios del método tradicional. Nuestro doctor, Giovanni Freire, apuesta por realizar rinoplastias cerradas mediante la técnica del cincel. En dicha técnica cabe destacar la pericia de cada profesional.
Una rinoplastia cerrada es un procedimiento menos invasivo que en abierto. Se realizan dos incisiones en el interior de la nariz, de manera que evitamos las cicatrices visibles y tener que movilizar la piel que recubre la estructura de la misma. A través de estas incisiones accedemos al tallado óseo y cartilaginoso para, mediante pequeños cortes limpios, dar la forma deseada a la nariz.
Los cambios realizados, como puede ser la eliminación de la giba o la reducción o elevación de la punta nasal, buscarán la armonía del conjunto del rostro. La piel que recubre la zona se adaptará perfectamente a los cambios realizados de forma natural.
La intervención finaliza cerrando las incisiones con puntos reabsorbibles que desaparecerán durante el postoperatorio, sin intervención del especialista. Finalizado este proceso, coloramos una escayola en el dorso y taponamos los orificios nasales durante dos días, evitando así las secreciones.
En términos generales, la rinoplastia cerrada es menos invasiva, el tallado es más limpio, las posibles cicatrices no son visibles y el resultado a largo plazo es más óptimo.
Anestesia local y sedación
Otro de los principales beneficios de realizar la rinoplastia cerrada es que la intervención es más corta. Esta cirugía se realiza habitualmente con anestesia local y sedación, de manera que el paciente mantiene el funcionamiento propio de sus constantes sin necesidad de asistencia. La sedación permite que el paciente no sea consciente del proceso y no tenga ningún tipo de dolor durante el tiempo que dura la cirugía, que oscila entre hora y media y dos horas.
Postoperatorio y recuperación
Al contrario a lo que se ha creído en la última década, con el auge de las rinoplastias mediante ultrasonidos, la recuperación mediante la técnica tradicional es igual de rápida. Como en todo procedimiento quirúrgico es normal experimentar un ligero dolor (destacando que la rinoplastia es una de las cirugías menos dolorosas), hematomas e hinchazón en la zona trabajada.
Estas afecciones acostumbran a desparecer entre los 3 y 5 días posteriores al proceso. La férula se retira a los 7 días de la operación y se utilizan tiras quirúrgicas para colocar la nariz durante los tres primeros meses, garantizando su adaptación a los cambios durante la cicatrización.