Repercusiones psicológicas de una operación de aumento de pecho

Repercusiones psicológicas de una operación de aumento de pecho

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Una operación de aumento de pecho es una intervención importante desde el punto de vista físico y también suele tener un trasfondo psicológico de mucho peso para la paciente. Por este motivo, debe estar perfectamente decidida y reflexionada por su parte, en acuerdo con el cirujano plástico y con su propia familia.

Razones psicológicas por las que las mujeres quieren someterse a un aumento de pecho

Tener poco pecho puede afectar de forma negativa a la autoestima y generar descontento con su imagen que la mujer puede vivir como un complejo, sentirse poco atractiva o poco deseada.

Existen casos en que esta condición puede derivar en un miedo al rechazo e incluso perjudicar a las relaciones sociales.

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Cuestiones psicológicas a tener en cuenta antes de la operación de cirugía de pecho

Los especialistas en cirugía estética y salud mental recomiendan tener una madurez psicológica suficiente antes de someterse a una operación de aumento de pecho.

La paciente debe entender la importancia de esta operación y ser responsable a largo plazo, de que va a pasar por un quirófano y que luego seguirá un periodo de posoperatorio y aún después un control clínico periódico del implante.

Hay que tener en cuenta que toda transformación de la apariencia física de una persona tiene consecuencias psicológicas para ella.

Por ello, antes de la operación habría que descartar cualquier sospecha de trastorno psicológico que pudiera desaconsejar la cirugía. Una intervención de estas características se desaconseja en mujeres que atraviesan un periodo de inestabilidad psicológica. Por ejemplo, depresión, trastornos en la alimentación, trastorno dismórfico corporal o dismorfofobia, etc.

También hay que asegurarse de que no es una decisión tomada a la ligera, simplemente para seguir una tendencia o una moda imperante. La moda actual y los estereotipos de belleza influyen a veces de forma equivocada a potenciales pacientes muy jóvenes que quieren aumentar su pecho a toda costa. En cualquier caso es preciso esperar a que la mujer haya madurado física y mentalmente. Muchas jóvenes no tienen la madurez mental necesaria para someterse a una operación de aumento de pecho y luego pueden arrepentirse de una decisión poco pensada.

También es importante saber decidir el momento de la operación, en el que la paciente se halle con la suficiente disponibilidad y tranquilidad para concentrarse en este importante paso.

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Repercusiones psicológicas de un aumento de pecho

Según un estudio elaborado en la pasada década por la Universidad de Florida (EEUU) someterse a una operación de aumento de pecho mejora la autoestima y la vida sexual de muchas de las pacientes que deciden pasar por el quirófano.

Sin embargo, aunque se reconoce esta mejora, la cirugía no es la panacea para los problemas psicológicos relacionados con la autoestima y con la insatisfacción sexual.

La cirugía estética de aumento de pecho solo resultará positiva para aquellas personas que buscan mejoras físicas concretas.

En el plano psicológico esta operación puede ayudar a superar problemas psicológicos como los siguientes:

  • Superar un complejo de pecho pequeño: algunas mujeres desarrollan este tipo de complejos en su etapa adolescente por no tener la misma talla de sujetador que sus compañeras y la cirugía puede ayudarles a resolverlos para siempre.
  • Sentirse más cómoda con la propia figura: un pecho desproporcionado con respecto a las caderas, o un pecho asimétrico puede hacer que una mujer se encuentre descontenta con su imagen. El paso por el quirófano puede ayudarle a sentirse más conforme con su físico.
  • Mejorar la autoestima: esta mejora dependerá de cada persona. Una operación de implante de pecho puede ayudar a mejorarla, pero no quiere decir que toda aquella mujer que se somete a esta operación vaya a superar sus problemas de autoestima.
  • Mejorar las relaciones con los demás: si antes existía un complejo que podía perjudicar a las relaciones sociales o incluso sexuales, después de la operación pueden solucionarse estos problemas.

Por otra parte, la mamoplastia es una cirugía y puede que después de la operación la paciente se sienta triste o deprimida. Como es natural, los cambios emocionales después de la operación entran en juego, también en ocasiones hay una prisa excesiva por cumplir las expectativas.  Lo más normal es que, acabado el posoperatorio y el proceso de  recuperación, esos problemas desaparezcan.