Mi experiencia fue esta:
A raíz de un acné juvenil muy agresivo, mi cara se quedó hundida y llena de cicatrices… En cuanto pude, busqué un cirujano que pudiera arreglar aquel estropicio, pues era cuestión de cirugía plástica, no de dermatología…
Buscando mucho, encontré un cirujano muy reputado (Pedro A.), residente en Madrid, en el barrio de Salamanca, que fue discípulo de Ivo Pintanguy…. Me puse en sus manos y después de muchos viajes a Madrid no me lo arregló…me hizo una mentoplastia, que quedó fantástica, que me dio más proporción a mi cara, pero mi problema no me lo solucionó…
Cuando ya había desistido, por casualidad y como recomendación de un amigo visité a Freire, sin mucha confianza en que se pudiera arreglar aquello… Enseguida vio el origen del problema y la solución permanente a ello… Me deje llevar y me quedé impresionado de cómo me lo iba arreglando poco a poco…
Por fin daba con alguien que daba la solución a mi problema (al menos en un 85-90%, porque no se puede más)… Quedé súper contento y he seguido con él, que me sugirió remodelación facial para dar mayor proporción a la cara… ¡¡¡acertó!!!… muy muy contento… Lo recomiendo 100%…
Destaco 3 cosas en Clínica Freire:
1) Habilidad: Tiene unas manos privilegiadas, muchísima habilidad en la cirugía… lo hace todo con una rapidez y seguridad pasmosa (lo puedo decir, por comparación con el cirujano de Madrid).
2) Visión: Ve enseguida los puntos fuertes y los débiles (virtudes/defectos) y darte la solución adecuada. Es sincero, no te engaña, te dice tus defectos, que igual no habías reparado en ello, y cómo solucionarlo, en caso de que haya solución.
3) Humanidad: Es una bellísima persona, cercano, que acaba siendo casi un amigo tuyo.
Bueno, espero que le pueda servir a alguien mi experiencia y animarle a no darse por vencido.
Un saludo.
Paciente: Fernando M.S. – 47 años